01 octubre, 2006

Día internacional contra la prostitución

Coincidiendo con el II Encuentro Mujeres, cultura y solidaridad el colectivo 8 de marzo, presentó la siguiente resolución:
DECLARACIÓN DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA PROSTITUCIÓN.

La prostitución no es un trabajo, sino la forma de explotación de las mujeres por parte de los hombres más antigua del mundo.
Está directamente relacionada con la exclusión social, la pobreza, la violencia, la marginalidad, la “trata de blancas”, el abuso, la coacción, el rapto y la venta de seres humanos.
Emana de un concepto patriarcal que las considera objetos sujetos a sus deseos y necesidades sexuales, la prostitución es un problema de los hombres que afecta directamente a las mujeres, a las niñas y niños que diariamente son traficadas, vendidas y prostituidas.
La prostitución es una forma de violencia hacia las mujeres, es por tanto una cuestión de género incompatible con la igualdad entre sexos y con la dignidad humana.
La legalización de esta forma de explotación de seres humanos sólo aporta mayores beneficios a proxenetas, empresarios del sexo y mafias dedicadas al tráfico de mujeres y menores, aumenta la delincuencia, la violencia y la marginación de las personas atrapadas en sus redes.
La legalización no dignifica a las mujeres prostituidas, sino que las convierte en esclavas del proxeneta y del cliente.
Es un caldo de cultivo que aporta mayor violencia, aumenta la actividad clandestina y la explotación sexual de niñas y niños.
No protege a las personas prostituidas, sino a los clientes, chulos, proxenetas y empresarios del sexo.
Legalizar o regular la prostitución estimula a las redes de tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual a dirigirse hacia los países donde se despenaliza esta actividad.
Los empresarios del sexo, los chulos y los proxenetas no contratan a las mujeres prostituidas, sino que son ellas las que tienen que auto emplearse.
Las mujeres prostituidas carecen de cualquier tipo de protección contra actos violentos, enfermedades de transmisión sexual o dignificación personal.
Las niñas y niños son las víctimas más vulnerables. Legalizar o regular la prostitución no ofrece ninguna solución para ellas.
Legalizar o regular la prostitución supone fomentar esta práctica en un entorno social más permisivo y comprensivo para los clientes.
Por estas razones instamos al gobierno de la Comunidad Autónoma de Extremadura y al gobierno español que encamine sus acciones hacia la abolición de la prostitución, siguiendo el modelo sueco que tan buenos resultados está aportando:
Desde que en 1999 aprobara la ley abolicionista, en la que penaliza la compra y la explotación sexual mientras protege a quien la ejerce, las mujeres prostituidas han descendido de 400.000 a 300 ó 400 en la actualidad.
El 60% de las mujeres prostituidas han logrado reinsertarse plenamente en la sociedad.
La entrada de mujeres y niñas de forma clandestina ha disminuido considerablemente, las redes de tráfico ya no tienen este país como una fuente de ingresos rentable.
La sociedad sueca apoya mayoritariamente la ley y muestra un claro rechazo hacia la prostitución al considerarla como una forma de explotación y de violencia masculina contra mujeres, niñas y niños.
Sólo penalizando a quienes se lucran y benefician de la explotación sexual de mujeres y menores pueden crecer las sociedades en igualdad de condiciones.
En el Día Internacional contra la prostitución declaramos nuestra oposición a que se legalice o regule esta actividad atentatoria contra los Derechos Humanos y manifestamos nuestra postura favorable a una ley abolicionista que afronte con valentía un grave problema que afecta a toda la sociedad, con especial crudeza a las mujeres, niñas y niños prostituidas, vendidas y menospreciadas.
Asociación por la Igualdad de Género 8 de Marzo.
Plasencia, 23 de septiembre de 2006.

1 comentario:

Geli dijo...

Hola!
¿Tu blog tiene solo una entrada?

Por favor, sigue escribiendo. Me gustó mucho el texto "amor machista" y la información acerca de la prostitución.

Adelante! me gustaría mucho seguir leyendote

Saludos, Jorgelina