- Elimina los incentivos a la contratación de mujeres (que tampoco dieron los resultados esperados), mientras sufraga la contratación parcial.
- No incluye el trabajo doméstico en el régimen general de la seguridad social.
- Fomenta la flexibilidad horaria y la movilidad geográfica.
- Aumenta el tiempo de cotización a efectos de jubilación, alarga la edad de jubilación.
- Recorta las indemnizaciones por despido: en los procedentes, la indemnización pasa de 33 a 20 días por año trabajado, en los improcedentes, de 45 a 33.
- Da vía libre a las empresas a despedir sin causa objetiva alguna.
- Reduce las prestaciones sociales por desempleo.
- Plantea la privatización encubierta del sector público al permitir actuar en éste ámbito a las ETTs.
- Recorta el gasto social, con especial virulencia en educación, sanidad, servicios sociales y dependencia.
Si no se nos contrata o se hace en precario, cobrando hasta un 25% menos, si se da un tratamiento inferior al trabajo doméstico (no sólo comprende a las empleadas de hogar, también a cuidadoras de personas con dependencia), si se reduce el gasto en prestaciones sociales, pensiones (las mujeres cobramos hasta 5.324€ menos), si nos pueden despedir de manera fulminante y "procedente" ante la sospecha de que estemos embarazadas o lo pensemos, ¿cuándo y cuánto cotizaremos para poder jubilarnos? Si no aumentan los recursos sociales, ¿cómo podremos compatibilizar vida laboral, social y personal? ¿hasta qué punto afectarán los recortes a la prevención, la atención y la recuperación de las mujeres y sus familias violentadas por su verdugo particular? Si la firma de un contrato queda entre la trabajadora y la empresa, ¿de qué servirá la negociación colectiva?.
No señoras, no somos irresponsables quienes apoyamos la huelga del 29 S. Defendemos el estado de bienestar impulsado en la Constitución española, defendemos el desarrollo de los Derechos Humanos, creemos que hay otras formas de gestionar lo público que pasan no por destruir unos logros que tantos esfuerzos costaron, sino por la redistribución de la riqueza, el control a la banca, el fomento del sector público, una verdadera política fiscal progresiva, gravar las grandes fortunas...
No tenemos dudas: sobran razones para la Huelga General.
Carmen Martín Serrano.
Asociación por la Igualdad de Género 8 de Marzo.
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