08 marzo, 2011

MANIFIESTO 8 MARZO 2011.

El 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, cumple 101 años como jornada histórica del movimiento de mujeres auspiciado por la II Conferencia Mundial de las Mujeres Socialistas celebrada en Copenhague (Dinamarca), y a propuesta de Clara Zetkin en 1910, hoy consolidado internacionalmente. Es la fecha reivindicativa en la que las mujeres del mundo reclaman el reconocimiento de derechos civiles, laborales, sociales y políticos, en Igualdad de oportunidades que los hombres. Mucho les debemos a las pioneras que nos abrieron las puertas del derecho, la educación, la sanidad, la economía, la independencia y la solidaridad, sin ellas viviríamos aún en la pobreza, la ignorancia, la enfermedad, la exclusión y la violencia.

Esos 100 años de conquistas que han enriquecido el mundo ampliando el desarrollo de los DD HH, aportado una clara mejoría respecto de la experiencia de nuestras abuelas, permanecen los tres agujeros negros de desigualdad entre mujeres y hombres: el paro y la exclusión social, la representatividad y la toma de decisiones, y la violencia contra las mujeres como la expresión más virulenta de la desigualdad de género.

La feminización de la pobreza, caracterizada por un paro endémico que condena a las mujeres a la dependencia económica. Ya tenemos reconocido el derecho al trabajo, nos formamos y preparamos, pero nos tocan los peores empleos, los más precarios, temporales y con menos derechos. Los últimos datos de paro son desalentadores: en el conjunto del Estado, 4,300.000 personas están en paro, una cifra que bate todos los récords. De las 123.254 personas sin trabajo en Extremadura, 70.324 son mujeres y 52.930 son hombres. De ellas, 18.386 son menores de 25 años. Sólo un dato más: 94 de cada 100 contratos son temporales.

El progresivo desmantelamiento del llamado “estado del bienestar” pone en jaque la universalidad de pilares básicos como la educación, la sanidad y las pensiones públicas, a las que cada reforma va restando prestaciones y derechos conquistados. Ninguna de las reformas laborales habidas en el periodo constitucional han favorecido la creación de empleo, al contrario, la flexibilidad sólo ha traído más paro, más precariedad y menos derechos.

Estas reformas son especialmente agresivas para las mujeres, porque la tasa de actividad es mucho más baja (casi la mitad de mujeres en edad de trabajar no lo hacen), la temporalidad y precariedad hacen el resto: si trabajamos poco tiempo también cotizamos poco y las pensiones también serán menores. Actualmente 1 de cada 4 mujeres mayores de 65 años está bajo el umbral de la pobreza, por recibir pensión no contributiva inferior a 577 € mensuales. El futuro nos augura una vejez limosnera.

Vivimos un momento de retroceso en la representatividad y el acceso a puestos de poder y toma de decisiones. Las fotografías del poder siguen siendo masculinas, hay un menor número de parlamentarias, ausencia de mujeres en las mesas de negociación colectiva, en los consejos de administración, estamos ausentes de las presidencias de formaciones políticas, sindicales o empresariales, del Fondo Monetario Internacional o El Consejo General de NN. UU.

El reparto de las tareas domésticas y las responsabilidades familiares continúa siendo asignatura pendiente en la mayoría de los hogares, siendo mujeres quienes las desarrollan.

La persistencia de la violencia de género deriva de un sustrato cultural machista y misógino, que no acepta ni reconoce a las mujeres como seres equivalentes, con igual valor: el acoso sexual en el trabajo, las violaciones, el tráfico y prostitución de mujeres, la ablación del clítoris, o el burka.

A día de hoy, 16 mujeres asesinadas en lo que va de año, 14 por sus parejas o ex parejas, 2 por agresiones sexuales, la espeluznante noticia de dos niñas residentes en nuestro país a las que se ha sometido a ablación, la incontable cifra de mujeres en riesgo, muertas en vida.


En este 8 de Marzo demandamos:
♀ La creación de empleo como objetivo prioritario de la agenda política, a través de la gestión directa y la exigencia a las empresas del respeto efectivo a la Igualdad de Oportunidades en la contratación de personal para acceder a las ayudas públicas.
♀ Eliminación de las discriminaciones salariales y profesionales.
♀ Incentivar únicamente la contratación estable.
♀ Incrementar las partidas presupuestarias destinadas a organizaciones y asociaciones de mujeres que permitan desarrollar sus actividades de manera continuada y permanente.
♀ Potenciación y reconocimiento institucional a aquellas entidades, colectivos y agrupaciones sociales que desarrollan acciones potenciadoras de la igualdad entre mujeres y hombres facilitando locales, medios técnicos y materiales precisos a la hora de desarrollar sus tareas.
♀ Fortalecer la coordinación entre las entidades y organismos que trabajan en materia de violencia hacia las mujeres para optimizar los recursos y mejorar la eficaz atención a las beneficiarias.
♀ Aumentar los servicios sociales que permitan a las mujeres conciliar la vida personal, laboral y familiar, a través de centros de día, comedores escolares, centros de infancia, asistencia a domicilio, etc.
♀ Poner en marcha los proyectados contenidos educativos en materia de igualdad entre mujeres y hombres en el sistema educativo, así como las acciones formativas dirigidas a equipos profesionales que trabajan directamente con mujeres.

Desde la asociación entendemos los avances como conquistas, no suficientes pero útiles para corregir progresivamente la desigualdad, la marginación y la exclusión por razón de sexo, y con el empeño por conseguir una sociedad igualitaria, mantendremos nuestra labor, desde el análisis, la colaboración y la cooperación con otras asociaciones, organismos públicos y privados.

Por último, mostramos nuestro reconocimiento a las que nos precedieron, a las que están, a las ausentes, a las tenaces por su empeño y voluntad incansables por construir un mundo sin diferencias.
.Asociación por la Igualdad de Género 8 de Marzo.

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