No sabemos si el eufemismo "cumbre paralela" lo acuñaron los medios de comunicación o quién, lo cierto es que han convertido el término en habitual, elevando a categoría de noticia los derrochadores festines que protocolariamente se organizan en cada cumbre de jefes de estado. Para morir de vergüenza los desplegados en la última cumbre del G-20 (y eso que abordaban las formas para salir de la crisis). Ahora llaman cumbre paralela los encuentros y entretenimientos para las llamadas primeras damas...
..., categoría adquirida por estar casadas con algún presidente o jefe de Estado, lo que en feminismo siempre nombramos como mujeres florero, porque ésa es su labor, su rol, su papel, fielmente reproducido por estas señoras. Nadie se confunda, ésa no es la idea de participación política que defendemos para las mujeres, ése es el papel de comparsa, sonriente, educada y vestida costosamente, fiel seguidora y a la sombra del gran hombre de estado. Afortunadamente, algunas lo tienen claro y no acudieron, como tampoco lo hicieron los esposos de las dos presidentas presentes en la cumbre, Ángela Merkel y Cristina Kirchner. Unas y otros prefirieron excusarse por motivos laborales. Que cunda el ejemplo.
..., categoría adquirida por estar casadas con algún presidente o jefe de Estado, lo que en feminismo siempre nombramos como mujeres florero, porque ésa es su labor, su rol, su papel, fielmente reproducido por estas señoras. Nadie se confunda, ésa no es la idea de participación política que defendemos para las mujeres, ése es el papel de comparsa, sonriente, educada y vestida costosamente, fiel seguidora y a la sombra del gran hombre de estado. Afortunadamente, algunas lo tienen claro y no acudieron, como tampoco lo hicieron los esposos de las dos presidentas presentes en la cumbre, Ángela Merkel y Cristina Kirchner. Unas y otros prefirieron excusarse por motivos laborales. Que cunda el ejemplo.
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